martes, 21 de octubre de 2014
domingo, 19 de octubre de 2014
Tests examen Vigilante Seguridad.
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Guia Prevención Riesgos Laborales Seguridad Privada.
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viernes, 17 de octubre de 2014
Convenios que no nos merecemos.
¿POR QUE TENEMOS ESTOS
CONVENIOS QUE NO NOS MERECEMOS
¿DÓNDE ESTÁ MI
DEMOCRACIA?
Desde que se inventó hace ya
miles de años, la Democracia es una forma de gobierno en la que el pueblo por
medio de su voto elige la opción que desea; entendiendo que “pueblo” puede ser
todo un país, una ciudad, o un grupo de trabajadores, y que lo que se elige es
lo que la mayoría haya votado.
Hemos querido recordar esto que
parece tan claro y evidente, porque creemos que no sean así las cosas en el
sector de Seguridad Privada, y por extensión, en los sindicatos mayoritarios,
los de clase, los que marcan tendencia, los que todavía negocian convenios, y
los que a tenor de sus comunicados tienen, según ellos, la obligación de seguir
siendo hegemónicos a pesar de que sus luces se apagan, siendo ya sus sombras
las que más destacan, las que más se extienden.
No vamos a decir, o sí, que esas
puntas de iceberg que asoman llenitas de basura trincona, que como todos
sabemos eso es sólo lo que asoma, guardando en sus entrañas, o bajo el mar, lo
gordo, lo que apesta, lo que si saliese a relucir abiertamente, podrían ser la
puntilla definitiva de la credibilidad de los sindicatos de clase en su tan
evidente ocaso existencial.
Todo esto no es gratuito. Estas
son reflexiones que por un lado vienen de la evidencia constatada de las
maniobras y tejemanejes que en estos últimos años nos van sirviendo los medios
de comunicación y ellos mismos, a través de sus comunicados o de sus
inoperantes conductas ante hechos tan graves como los recortes sociales y la
inasumible reforma laboral.
Por otro lado, y ya dentro de lo
que nos preocupa, la Seguridad Privada; ver las maniobras que unos y otros han
tenido que realizar para justificarse al haber consumado una firma de un
acuerdo relámpago con la patronal, que en ninguna de sus reuniones, asambleas,
comités, o cualquier otro procedimiento interno de debate y votación ha sido
mayoritariamente refrendado; o lo que es lo mismo, que la Democracia de la que
hablábamos al principio ha sido dilapidada, vejada, escupida, y por aquello de
ser femenino, pongamos que violada. Porque es eso lo que ocurre cuando la opinión
de las mayorías no se tiene en cuenta; o como en el caso de la USO, ni se
pregunta, ¡se hace y ya está!
Lo de CC.OO. es peor, o
diferente, o las dos cosas; porque la mayoría de los territorios seguían en la
misma línea que en anteriores negociaciones: nada de firmar si no hay una clara
recuperación del poder adquisitivo. Pero esa fusión con los “Constructores” ha
traído un muro parecido al de Pink Floyd que, ha dejado fuera las opiniones de
las mayorías y, serán los comisionados ejecutivos los que desarrollen las
estrategias de ir, pero no ir, de estar para hacer, y ya veremos cómo, dónde y
cuándo; pero eso es cosa de los que mandan y no de los satélites que está para
otros cometidos.
Y la UGT, sigue en esa línea de
deriva hacia su particular hoyo. Ya en su día lo dejó claro su mayor y más
grande exponente, el Secretario Sectorial Estatal: los Estatutos están para si
hace falta saltárnoslos, o en su caso, comérselos. Allí lo que tienen es una
democracia interna más que descompuesta, ya que los asistentes al Pleno
Estatal, órgano con el poder definitivo de ejecución, en su día fueron
nombrados a dedo entre los delegados mejor cualificados para levantar la mano sin
rechistar cuando se les diga. Así, es difícil que lo que se aprueba dentro de
sus paredes sea precisamente “democrático”.
lunes, 6 de octubre de 2014
EL DESINTERÉS GENERAL POR LA FORMACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN DE LOS VIGILANTES DE SEGURIDAD
EL DESINTERÉS
GENERAL POR LA FORMACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN DE LOS VIGILANTES DE SEGURIDAD
Cada vez me parece más que a los trabajadores de la Seguridad
Privada se nos trata como si fuésemos un producto, como si fuésemos “la marca
blanca” de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Esta afirmación cabe deducirla a vueltas de la consulta
realizada por SLS sobre los cursos de especialización para determinados
servicios y, las respuestas que les ha dado la Secretaría General Técnica. Y si
no, leed estas conclusiones basadas en la realidad más que conocida por todos.
Es posible que el fracaso estrepitoso del Reciclaje
obligatorio de 20 horas anuales, les esté haciendo reconducirlo a través de
estos cursos que, en principio son para esos 14 tipos de servicios que ya
consideraban más exigentes a la hora de realizarlos. En cualquier caso, todo
apunta a que será en el Reglamento de la nueva Ley donde se desarrollen estas
cuestiones y muchas más que en su actual redacción deja demasiados vacíos por
rellenar.
Como vamos a ver, el tema de la Formación en el Sector de
Seguridad Privada ha sido y sigue siendo algo que se trata como prioritario en
las normas y legislaciones, pero que después se ejecuta como si fuese de tercer
orden.
Lo que está meridianamente claro, es que en este tema hay
muchos puntos de vista y diferentes intereses.
En primer lugar, una Ley reguladora y controladora que quiere
el máximo rigor y profesionalidad en los trabajadores que complementamos la
Seguridad del Estado de en un país que, poco a poco va dándonos más
responsabilidades en lugares que tradicionalmente ocupaban Policía y Guardia
Civil.
En segundo lugar, una Patronal del Sector que funciona en
varias divisiones, donde incluso los de Primera tienen grandes diferencias entre
ellos de presupuestos, infraestructuras y, por supuesto, de intereses comerciales
y laborales; sobre todo éstos repercuten en el desarrollo de la formación de
sus trabajadores, no sólo de los vigilantes, sino también de los mandos
intermedios y de las personas que toman decisiones que a la larga afectan al
ejecutor de los diferentes servicios.
En un tercer lugar, unos clientes que en demasiadas ocasiones
contratan servicios de seguridad sin tener en cuenta la Ley, el Reglamento, las
condiciones laborales, el Convenio Colectivo y, la preparación que ese servicio
requiere y que por supuesto exigen pero no pagan, porque creen que el
trabajador ya lleva incorporado en su salario todo lo que se le va a exigir que
sepa.
En cuarto lugar, los centros de formación que fueron creados
como complemento enriquecedor de empresas, sindicatos y, todo el que vio el
filón que podía ser aprovechar los fondos que llegaban de Europa para la
formación continua, los del gobierno central y los de las comunidades autónomas
(ver noticias sobre los escándalos de la Formación), sin que realmente les
importe un pimiento si los cursos son útiles o no, si valen lo que cuestan o
no, o si nos merece la pena hacerlos a
nosotros…o no.
Y en quinto lugar, los propios trabajadores del Sector, en especial
pero no exclusivamente, los vigilantes, que por un lado tenemos la obligación
de formarnos inicial y anualmente, a parte de los cursos específicos que cada
uno considere mejor para desarrollar su currículum; y por otro, el ver que esa
preparación no tiene repercusión directa en nuestras nóminas, dándonos
prácticamente igual tener actualizados cursos y formación que no haberlos
realizado, ya que el salario es igual para todos, salvo algunas excepciones.
Esto provoca que dentro del Sector de Seguridad se extienda la despreocupación
y el desinterés por formarse y profesionalizarse.
Como veis, el panorama es diverso y con un sinfín de intereses
contrapuestos de unos y otros. Pero quiero destacar unos datos que considero
vitales: que para las empresas la formación sigue siendo un gasto y no una
inversión. Esto a su vez, viene derivado de que los clientes en su mayoría no
contratan calidad, sino uniformes autorizados por el Ministerio del Interior.
Y mientras, el propio Ministerio regula el tema de manera
ambigua para satisfacer principalmente los intereses de los propios clientes y
empresarios, pero en ningún caso estas medidas adoptadas tienen una incidencia
real y directa en potenciar la profesionalidad de los vigilantes con su
formación, ya que obvia lo más importante para que esto se materialice: que sea
remunerada en sus nóminas. Si esta fuese la intención real, el principal
cliente de la Seguridad Privada, el Estado, velaría por corregir las constantes
subastas a la baja que se realizan en la contratación de los Servicios de
Seguridad a sabiendas de las consecuencias salariales que esto conlleva, con la
consiguiente desprofesionalización paulatina de los trabajadores del Sector de
Seguridad Privada.
En resumen, que a nosotros los vigilantes, se nos exige un
nivel de preparación constante de obligado cumplimiento, mientras que los
clientes y empresarios negocian nuestra explotación con bajos costes para que
unos y otros satisfagan sus intereses a costa nuestra. Una parte más del gran
cinismo del Capital que campea a sus anchas por este país sin que nadie le
ponga coto, de momento.
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