NUEVO CURSO SINDICAL
En Septiembre entre otras cosas empieza el curso
escolar, el curso jurídico, el curso político, y el sindical. También es un mes
en el que retomamos la vida cotidiana, las rutinas, y los que tengan trabajo,
se readaptarán a sus labores después de un periodo más o menos prolongado de
vacaciones, que cada uno sabrá si fueron merecidas o no.
Es Septiembre básicamente un mes de reencuentros.
Muchos piensan que después del paréntesis, los calores estivales habrán
conseguido fundir esos asuntos que se quedaron sin resolver. Pero como decimos,
es un mes de reencuentros y para desgracia de los vagos de siempre, el estío
veraniego no es suficiente para tales menesteres. Entonces es cuando se produce
ese inevitable e incómodo saludo entre la cruda realidad y esa mente fantasiosa
que se encuentra con menos ganas de resolver nada en condiciones.
Tiene además este mes la fama de ser el momento de
recuperación de esas asignaturas que algunos dejan en Junio porque no han dado
abasto durante el año (estos son los menos); pero sobre todo lo hacen los que
son vagos, ineptos, ociosos, y/o despreocupados, como sin duda les ha pasado a
los señores firmantes del Convenio de Empresas de Seguridad Nacional que
suspendieron algunas asignaturas por ser así, y esperaron a que el agostamiento
del Convenio reparara los artículos chapuceros que con las prisas habían
creado.
Para evitar que nos tachen de faltones, vamos a argumentar
el por qué les otorgamos estos calificativos, aunque ya a final del curso
pasado hicimos una valoración dando bastantes razones de cómo se lo han ganado
a pulso.
Para seguir con el símil del mal estudiante, no es
de nadie desconocido cuál es la actitud de éste durante el curso: en lugar de
llevar al día lo que el programa, los libros y lo que el día a día va ampliando
el profesor a través de las clases, éstos se dedican a dejarlo todo para el
último momento. Utilizarán un corta y pega, una miradita al papel del vecino, o
una buena chuleta para salir del engorroso trámite del examen, o de la firma de
un Convenio, como es el caso que nos ocupa.
Por supuesto, los resultados son siempre nefastos:
suspenso y a Septiembre en la mayoría de los casos; o un aprobado con alfileres
que traerá sus consecuencias en cursos posteriores, en los que no tener ni
pajolera idea de lo básico conllevará inevitablemente a desastres mayores.
Para nuestra desgracia, la realidad es que nuestro
Sector está en manos de estos malos estudiantes. Los Sindicatos firmantes y las
Asociaciones de Empresarios tienen una dinámica establecida desde hace
demasiado tiempo: dejan todo como está hasta que llega el momento de firmar
otro Convenio.
Si las circunstancias han sido estables, proceden al
“corta y pega” y aplican la subida que los Empresarios han considerado que
pueden repercutir en sus clientes sin hacerles demasiado gasto. Por eso no se
ha dado nunca la situación de una subida que tenga que ver con las necesidades,
las demandas, o las realidades de los trabajadores. Como ya sabéis, todo esto
va aderezado de múltiples reuniones en las que se escenifica un tira y afloja
más mediático que efectivo, en el que incluso, en algunas ocasiones se les ha
ido la mano y se les ha visto el plumero; o en otras han sobreactuado tanto,
que la vergüenza ajena se ha disparado a puntos estratosféricos. Pero la
profesión va por dentro de todos los implicados, por lo que no se ponen ni
colorados por muy grande que haya sido el ridículo perpetrado. Es aquí cuando
han ido sacando esos aprobados a los que hacía alusión antes: de mentira,
inconsistentes y sin bases sólidas para desarrollar un futuro adecuado para que
evolucione un Convenio al ritmo que lo hacen las obligaciones, necesidades y
las circunstancias del Sector.
En cambio, si la firma del Convenio se tiene que
producir por algún agente externo, como viene siendo habitual en estos últimos
años de caos generalizado, apoyado y refrendado y perpetrado por Mariano Rajoy
y toda la tropa neoliberal mundial, entonces se prescinde de toda parafernalia
y boato procediendo al ajuste de tales circunstancias para que las cuentas de
resultados de clientes y empresarios del Sector no se vean con cifras demasiado
bajas, o con signos negativos, que según sus argumentos sería la destrucción de
la gallina de los huevos de oro en la que van montados unos y otros de forma
permanente. Entonces es cuando vienen las prisas, se parchea con urgencia, se
corre como pollo sin cabeza por los artículos, y se lanzan explicaciones en
comunicados infumables que ni ellos son capaces de entender, razonar, o
explicar, porque no están sustentadas en
algo coherente, ni lógico, ni razonable entre otras cosas. Es entonces cuando
viene el inevitable suspenso y …para Septiembre.
Y en esas estamos, compañeros; viendo cómo sin casi
estrenar el Convenio, ya hace aguas; ya hay que ir quitando barbaridades,
empezando por eso de Sancionar a las Empresas malotas; ese artículo que se
había puesto para que tapara esos otros que sí se van a quedar, porque esos son
los que de verdad interesan a la Patronal, a los Clientes, y a los Sindicatos
firmantes: los económicos. Esos que os vuelvo a recordar: la reducción de unos
complementos salariales que antes cobrábamos a un precio y ahora nos los han
rebajado porque sí, porque 110/11 va ser igual que 110/12. O la devolución en
diferido, de parte del plus robado en las pagas extras, (igual que a los
funcionarios), que encima lo incluyen como subida salarial para el 2016 sumado
a ese 0,5% para que no quede demasiado escaso y ramplón; vergonzoso decimos
nosotros.
Esas son las matemáticas que han aprendido estos
alumnos durante ese curso infinito de años y años de poltrona y connivencia;
estos son los motivos del suspenso categórico y absoluto a nuestros
negociantes, a nuestros Empresarios y a nuestros Clientes. Estos que para
justificar su vagancia, ineptitud, ociosidad, y/o despreocupación, les lleva a
diseñar un mantra que se repiten y nos repiten hasta la saciedad para que todo
este lodo y más, quede justificado.
MANTRA.- Esto se hace para que sigamos teniendo un
Convenio Estatal y el Sector no se rompa.
Comenzamos el curso Sindical con suspensos y con
repetidores, que volverán a presentarse en breve ante todos nosotros como
salvadores de nuestro futuro; aunque yo creo que sólo salvan el suyo, y no
siempre.
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